Los órganos dentarios son sistemas constituidos principalmente por dentina y esmalte. La dentina es el tejido que conforma la mayor parte del diente el cual está cubierto en la porción de la corona por el esmalte, lo que les permite llevar a cabo el trabajo mecánico-fisiológico tal como la masticación. A pesar que ambos tejidos tienen la misma matriz inorgánica (Hidroxiapatita, Ca10(PO4)6(OH)2), éstos presentan variaciones durante su mineralización las cuales se manifiestan en diferencias estructurales significativas, produciendo túbulos en el caso de la dentina y prismas en el esmalte. De aquí que es de gran interés conocer, identificar y entender el mecanismo que mantiene unidos a estos dos tejidos.
Diversos estudios han analizado esta Unión Amelodentinaria mediante microscopía óptica, microscopía electrónica de barrido y de transmisión, determinando que la UED está constituida por material orgánico con una apariencia reticular la cual presenta proyecciones orgánicas y prolongaciones que emergen de la dentina hacia los espacios interprismáticos y abarcan a un grupo de prismas del esmalte.
Esta red se distribuye sobre la superficie de la dentina y coincide unívocamente con los prismas, ya que a cada prolongación no corresponde un espacio interprismático, sino que ancla a un conjunto de prismas. Esta estructura de origen proteico presenta concavidades entre cada retícula y es la responsable del festoneado que ha caracterizado la UED.
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Por otro lado, la microscopía electrónica nos muestra en mayor detalle la forma de estos rodetes que corresponden a la aposición de esmalte entre dos periodos de hipocalcificación (estrías de Retzius)
]]>La importancia de la matriz orgánica se relaciona con el proceso de formación del esmalte y no como un componente estructural. Cada una de las proteínas de la matriz orgánica tiene funciones relacionadas con la organización del proceso de aposición de cristales de hidroxiapatita
El proceso de formación del esmalte, comienza con la diferenciación de los ameloblastos, donde éstos gradualmente van haciéndose más altos (cilindricos), van formando vesículas secretoras, hasta el momento en que aparece la primera capa de dentina, que sirve de estímulo para la formación del Proceso de Tomes, que corresponde a una diferenciación apical del odontoblasto que tiene como objetivo la aposición de esmalte dentario.

Comenzada la formación del esmalte, se hace necesario organizar esta secreción calcificada en prismas, para ello el ameloblasto secreta diferentes proteínas (principalmente amelogenina) encargadas de ordenar y dar la forma a los prismas del esmalte. Siguiendo un orden cronológico, el ameloblasto secreta a través de vesículas los monómeros de amelogenina, los que a continuación se reúnen formando nanoesferas. Cada nanoesfera está formada por aproximadamente 100 monómeros de amelogenina. Comienza la secreción de los cristalitos por parte del ameloblasto, y estas nanoesferas van progresivamente formando una matriz alrededor de estos cristalitos, es decir, el ameloblasto va añadiendo iones en el extremo terminal del cristalito y a su vez las nanoesferas de amelogenina, las que van dirigiendo espacialmente la organización del cristalito, con el objetivo de formar finalmente el prisma del esmalte. Posterior a esto, las proteínas de la matriz son degradadas por la enamelisina, permitiendo así la maduración del esmalte.
Amelogenina. Producto de los genes AMELX y AMELY en los cromosomas X e Y, es la proteína más abundante del esmalte en formación y disminuyen a medida que aumenta la madurez del esmalte. Se denominan tambien proteínas del esmalte inmaduro. Son moléculas hidrofóbicas, fosforiladas y glicosiladas de 25 kDa, ricas en prolina, glutámico, histidina y leucina. Como anteriormente se mencionó, participa regulando la forma y el tamaño de los prismas del esmalte. Se localizan entre los cristales de las sales minerales sin estar ligadas a ellos. Mutaciones del gen AMELX está asociado a casos de amelogénesis imperfecta. Se ha estudiado en ratones que carecen la expresión de este gen, quienes presenta un esmalte muy delgado que carece de estructuras prismáticas. Por tanto, a la amelogenina se le atribuye el hecho de que el esmalte esté histológicamente constituido de prismas. Representa el 90% del componente orgánico.
Ameloblastina: Producto del gen AMBN en el cromosoma 4, es la segunda proteína más abundante de la matriz del esmalte, sin embargo, su función es desconocida, aunque su no expresión se asocia a amelogénesis imperfecta. Inmunohistoquímicamente se localizan en las capas más superficiales del esmalte y en la periferia de los cristales. Representa el 5% del componente orgánico.
Enamelina. Producto del gen ENAM en el cromosoma 4, es secretada por los ameloblastos en bajas cantidades. Son moléiculas hidrofiicas glicosiladas desde 70kDa, ricas en serina, aspartico y glicina. Se localizan en la periferia de los cristales formando las proteínas de cubierta. Interacciona con la amelogenina y está implicada en el control del crecimiento longitudinal de los prismas. Se admite que no son secretadas por los ameloblastos y se ha sugerido que resultan de la degradación de las amelogeninas. Mutaciones del gen ENAM se asocian a amelogénesis imperfecta. Representan el 2 o 3% de la matriz orgánica del esmalte.
Enamelisina. Producto del gen MMP20 del cromosoma 11, es una proteasa que corta la amelogenina, está implicada en el procesamiento y degradación de la amelogenina posterior a la formación de los prismas.
Histológicamente es dificil observar esta matriz proteíca, ya que los cortes de dientes generalmente son de dientes maduros, donde esta matriz ya ha degenerado, sin embargo su importancia radica en que el componente orgánico es la explicación de la morfología característica de la unidad estructural básica del esmalte: el prisma.
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